lunes, 7 de abril de 2008

LOS PRIMEROS 20 AÑOS DEL SIGLO XX

La “República Aristocrática” -como la llamó Jorge Basadre- fue la etapa de nuestra historia comprendida entre 1895-1919, en el que se mantiene la hegemonía política del partido Civil que agrupaba hacendados, hombres de negocios, Ex comerciantes guaneros, quienes luego de la crisis post guerra 1879, experimentan una rápida recomposición económica por la coyuntura Azucarera de fines de siglo XIX, así, esta oligarquía terrateniente agro exportadora controlará la economía y política del país.
Nicolás de Piérola es quien sentó las bases para la emergencia y consolidación de esta oligarquía o plutocracia cerrada, unida por lazos de parentesco, que practicaba el nepotismo en su monopolio de poder marginando o neutralizando a las capas medias y populares, que abrió las puertas al capital extranjero, al que terminó subordinado y estuvo aliado con los gamonales de la sierra. Estos últimos dominaban haciendas de bajísima productividad “latifundios”, baja tecnología, generalmente empleaban mano de obra servil “yanacona” y cuya producción estaba destinada a surtir el mercado interno. Los Gamonales se convertían así en los responsables de la explotación, la ignorancia y la miseria en que se mantenía a la población indígena .
Esta burguesía incipiente y comercial, reunida entorno del Partido Civil y cuyos miembros pertenecían a la antigua “sociedad de la independencia electoral”, es la que administrará los destinos de la patria por más de 20 años. Durante este tiempo se experimentará una serie de cambios y continuidades sólo analizables desde la historia, por ejemplo el Perú mantiene rasgos coloniales y semi feudales (Yanaconaje, latifundio, contribución personal de indios); La incursión del capital extranjero – principalmente norteamericano - en los sectores productivos agrícola y minero (enclaves ) y los continuos empréstitos, irán desplazando la inversión inglesa en favor de EEUU, la presencia de grandes haciendas en la costa dedicadas a la exportación de Caña de azúcar y algodón, generó el desarrollo y primacía de la costa sobre la sierra sur Puno, Arequipa, Cuzco, quienes mantienen casi intacto los rasgos coloniales y feudales. La fuerza de trabajo empleada en la extracción y explotación de minerales, labores agrícolas y el caucho, principales actividades económicas de la época, será a través del reclutamiento y retensión de la mano de obra, como es el enganche, sistema mediante el cual se dispone de fuerza de trabajo de una persona con un salario adelantado y mantenido a través de deudas adquiridas por el trabajador. Este sistema era empleado en la extracción minera y la agricultura, aunque también encontramos mano de obra asalariada generalmente asociadas a las haciendas de la costa. En el caso de la extracción cauchera, se emplea mano de obra semi esclava, la cual es captada a través de las correrías, sistema que se basa en la persecución de tribus amazónicas, las cuales son obligadas a extraer la corteza del árbol cauchero, Fermín Fitzcarrald fue el principal empresario cauchero.
Por otro lado, las directivas tomadas por los civilistas se encuentran enmarcadas en torno a principios propios del liberalismo europeo y norteamericano. Para los civilistas, el Estado debía ser modesto en recursos y ajeno al intervencionismo. Se pensaba que las funciones del Estado debían de ser limitadas y que su principal tarea era garantizar el orden institucional. La existencia de un presupuesto equilibrado era síntoma evidente de un gobierno decente y civilizado; por el contrario, el déficit era sinónimo de caos e inmoralidad. El gasto público debía ser muy reducido y la acción del Estado no debía interferir con la actividad privada, ya que esta generaba la riqueza. Por ello, los servicios o beneficios ofrecidos por el Estado eran muy pocos y se enfatizaba los relativos al orden (policía, ejército y justicia). Se dice que estas directivas eran consensuadas en reunión de amigos en el exclusivo Club Nacional.
San Marcos se convertirá en el baluarte del civilismo, y “la Revista de Lima” en el medio periodístico a través del cual se difunden las principales ideas del civilismo vinculadas al positivismo europeo. Los primeros años del siglo XX estuvo marcada por la presencia de la generación del 900, cuyos lúcidos intelectuales propugnaban el estudio científico de la realidad nacional, eran tibiamente anticlericales y rechazan los factores negativos de la herencia hispánica. El espíritu positivista de los civilistas, llevó a aplicar una serie de reformas en materia educativa, reformas que apuntaban al desarrollo de una educación técnica y científica, con el fin de optimizar la producción y tecnificar la mano de obra. La educación fue considerada también como una manera eficaz de incorporar a los indígenas, de socializar a los inmigrantes y de promover el progreso. Surgió también la preocupación y afición por el deporte, asumido como otra vía para mejorar la salud y la moral de la población, lo que debía tener un impacto positivo en el trabajo .
La industrialización, el incremento de las exportaciones, el crecimiento económico y las ideologías antioligarquicas a inicios del siglo XX, brindó las condiciones necesarias para la emergencia de la clase proletaria y el inicio de la protesta obrera. La aparición de intelectuales desafectos de la oligarquía, como Manuel González Prada, José Matías Manzanilla, Abelardo Gamarra y el arequipeño Francisco Mostajo fue decisiva para consolidar y dar dirección ideológica a esta protesta social, que llegó a tener una clara influencia anarquista. Ellos iniciaron la crítica al proyecto civilista y rompieron el cuasi monopolio de la inteligencia que el partido civil había tenido en las décadas previas. Incluso intelectuales cercanos al civilismo como Luis Miroquesada y Alberto Ulloa, escribieron en los inicios de siglo acerca del derecho del trabajo y el problema de los salarios, deslizando críticas a la situación imperante . Las mutuales constituyen la primera forma de organización obrera, la cual busca cubrir algunas necesidades inmediatas como: accidentes laborales, curaciones, Sepelio. Los obreros abonaban un porcentaje de su salario o jornal, para cubrir cualquiera de estas eventualidades, dichos recursos eran recaudados en una caja para auxilios mutuos. Las mutuales carecen de ideología e intereses reinvidicativos, simplemente buscan a través de la acción mutua y solidaria, hacer frente a una realidad palpable la necesidad y el abandono de la clase proletaria. Manuel González Prada, es considerado como el intelectual que inicia la difusión del anarquismo en el Perú, el cual será el soporte ideológico de la organización sindical obrera. Así, bajo la asistencia de González Prada se formará el primer sindicato en el Perú “los panaderos de la estrella del Perú” con un claro tenor anticapitalista. Entre las principales demandas manejadas por los sindicatos nacientes tenemos: la jornada laboral de las 8 horas, mejoras en las condiciones de trabajo, ley de accidentes, seguro para los obreros...entre otras. Una serie de publicaciones de corte anarquista respaldaban la lucha obrera urbana, así tenemos: La Protesta, Los Parias, Simiente Roja, El Hambriento, en Lima. Además en Chiclayo el periódico Justicia, y en Arequipa El Ariete.